Cuando actuamos mal y hacemos cosas desagradables como hablarle con un mal tono a alguien o hacemos un comentario fuera de lugar, herimos con nuestras palabras a una persona que queremos, simplemente somos indiferentes a la necesidad del otro o pecamos actuando indebidamente en algo que sabemos que esta mal.
Llega el momento en el cual pagamos por nuestras acciones, la consecuencia llega a nuestra vida ya sea que entramos en discusiones constantemente con nuestros seres queridos o las personas se nos alejan, quedandonos solos en este mundo. A veces nuestra actitud con los demás nos lleva al aislamiento, la frustración y hasta la depresión.
Quiza no entendemos porque nos suceden ciertas cosas, porque nuestro matrimonio se esta desmoronando, porque la relación con tus hijos se ha deteriorado, tus amigos se te alejan y las personas en el trabajo te evaden.
Pero quiero decirte que si tu eres hijo o hija de Dios, hay una buena noticia para tu vida. Debemos correr la carrera de la vida cristiana con paciencia y despojarnos de todo aquello que nos pesa como cargas que no debes llevar y dejar el pecado que constantemente esta asediando nuestra vida.
El Apostol Pablo nos habla en Hebreos 12:5 nos habla claramente acerca de lo que sucede cuando actuamos mal y eso nos deberia dar animo a todos pues el amor de Dios es tan grande hacia nosotros que nos dice:
"Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor ni desmayes cuando eres reprendido por él, porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo".
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