miércoles, 6 de marzo de 2013

La primera carrera





Como meta de principio de año me propuse comenzar a correr, así que entré al gimnasio con un entrenador personal y comencé a entrenar. Tengo un mes y medio de estar preparándome para correr y esta amiga me retó a inscribirme a la carrera de “Running 4 Help El Salvador” que era de solo 6 km. Yo no había corrido nunca en la calle solo en la banda, y les soy sincera, tenía mucho temor de fallar y no lograrla; no estaba segura de poder cumplir esa meta.

Mi esposo me estaba apoyando y, emocionado que correría mi primera carrera, me dijo que él me llevaría y me esperaría hasta que cruzara la meta para tomarme la foto. Mis planes eran cenar temprano tipo 7:00 p.m. y así dormirme tipo 8:30 p.m. y descansar para levantarme a las 4:45 a.m. y estar lista para llegar a las 6:40 a galerías. 

Pero no me podía dormir, finalmente como a las 10:00 lo logre! Pero como a las 11:30 llegó mi hijo que no podía dormir porque había una fiesta en el club de a la par de la casa, así que se metió a la cama y medio nos acomodamos. Luego como a la 1:30 escuché a mi esposo haciendo ruido y me levante a ver qué le pasaba y tenía desde las 12:30 de estar con un gran dolor de estómago, solo era dolor, nada más y no se le aliviaba con nada. Ni sabía qué darle, pero se me ocurrió darle un elíxir y se mejoró y así pude volverme a dormir. 

Finalmente me sonó el despertador, 4:45, me levanté sabiendo que me tocaría ir sola a mi carrera. Llegué un poco nerviosa sin saber adónde ir ni cómo comenzar. Me fui donde vi que había más gente y llegué justo al momento de calentar y me encontré a un amigo con su hija y sobrino así que me sentí mas tranquila. 

Ansiosa comencé mi tan esperada carrera cuesta arriba, pero iba despacio como me había dicho mi entrenador. Todo era de subida, así que iba recordando las palabras de mi entrenador, “concéntrese en la respiración y vaya a un ritmo despacio”. 

El clima no me favoreció ya que ese día había amanecido con un gran viento y frío. Mientras corría y me concentraba en mi respiración, se levantaban olas de tierra y basura y se me metían en los ojos lo que no me permitía ver bien; la gorra me la voló por el viento, se me secaba la nariz del viento y luego me chorreaba agua por todas partes, la nariz y los ojos me lloraban. De repente comencé a sentir un dolor en el arco del pie izquierdo, me comenzó a salir una ampolla, al rato comenzó el lado derecho a molestarme. Parecía que esta carrera se había propuesto ir en contra mía. 

Encontré tantos obstáculos en el camino, pero mi mente se concentraba en la meta, veía a otros que decidieron caminar, muchos de ellos lo hicieron, pero yo no quería engañarme a mi misma, me metí a correr y debía correr, con ampollas, con viento, basura, frío, ampollas y contra todo, tenía que correr y llegar hacia la meta. Recordaba las palabras de mi amiga que me animó a correr quien me dijo “todo esta en tu mente” y las mi entrenador, “controle su respiración”. 

Cuando menos sentí, ya estaba cerca de la meta, lo había logrado y sin tanto esfuerzo como lo pensé o lo imaginé, cuando escuché los tambores sonar me emocioné y pensé: “lo logré, llegué a la meta." Un niño en silla de ruedas me puso la medalla y sentí la satisfacción de haber llegado. 

Meditando en mi carrera pensé que así son las cosas con Dios, cuando nos trazamos una meta, el enemigo pone todo tipo de adversidades para que desmayemos en el camino y no corramos la carrera para la cual hemos sido llamados a correr. Pone obstáculos fuertes y a veces creemos que no los podemos vencer y desistimos de continuar en la carrera. Nos bloquea la vista al ver las circunstancias y creemos que no vale la pena esforzarse o que será imposible alcanzarlo; sin embargo, quiero animarte a nunca darte por vencida, pues a veces todas esas adversidades son las que nos ayudan a ser fuertes, a formar el carácter y ser personas que cumplen lo que comienzan, personas de integridad y de perseverancia. 

Esas son las personas que Dios busca, personas que aunque les cueste logran creer que con El si pueden llegar a la meta a creer en sus promesas a pesar de lo que sus ojos ven como dificultad, pues esas son las personas que El usa para hacer su obra en la tierra. Así que animo, no te concentres en los obstáculos, concentrase en la carrera y mira hacia la meta que como decía Pablo, “sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”. Fil 3:14 








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