domingo, 29 de mayo de 2011

Mango Maduro

Me encontraba impartiendo un taller de arte expresivo y mientras el grupo trabajaba me puse a reflexionar y a observar  el árbol de mangos que se encuentra en el járdín de la Asociación.

Derepente vino un viento fuerte y uno de los mangos ya maduros calló al suelo. Fue en ese momento que el Señor puso en mi corazón que es así como sucede con nosotros. Cuando viene la presencia o un mover del Espíritu Santo a nuestra vida, si estamos maduros para recibir lo que El nos quiere mostrar o dar, vamos a dar fruto y ser de bendición y además recibir la bendición.

Luego vi otro mango que ya estaba maduro pero no calló, ese aunque estaba maduro, no logró percibir su tiempo de recibir lo que Dios tenia que darle en ese momento y permaneció en el árbol con los otros mangos verdes.

Así somos, unos mangos maduros que caemos en el tiempo de Dios, otros maduros pero no dispuestos a caer, y otros que estan en el proceso a madurar que caeran en el momento correcto.

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